El colmo de la desfachatez, un insulto y falta de respeto hacia los demás y sobre todo al medio ambiente, lo mismo hasta se lo llega a creer, y encima, pensará que somos tontos y no tenemos ojos en la cara.
Esto es como la famosa fábula del Rey Desnudo (Hans Christian Andersen) que aunque él mismo y todos los demás le veían desnudo, nadie se atrevía a decírselo porque solo los tontos no podían verlo vestido y el Rey tan feliz con su nuevo traje tan hermoso, cuando en realidad iba en pelotas.
Esto es lo que pensará nuestro gerente de que solo los tontos podemos ver la escombrera, el desguace y la calva que hicieron talando los robles al firmar este escrito, cuando a menos de 50 metros de su despacho se encuentra esta aniquilación ambiental. Podría empezar con esas medidas correctoras y devolver a su estado original toda esta zona y no solo ponerlo en un papel para que quede bonito de cara a la galería.
Menuda gestión, protección y respeto del medio ambiente. Vivir para ver.
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