Nos hacemos eco de un terrible suceso, el suicidio de Marian Camino Beazcua, compañera celadora del hospital CHUAC de A Coruña. El viernes 27 de julio decidió poner fin a su vida para acabar con el sufrimiento insoportable que padecía, y que incomprensiblemente la inspección médica, que dispuso que estaba en perfectas condiciones para trabajar cuando no llevaba ni una semana de baja, no fuese capaz de percibir (eso quiero pensar aunque también sería grave) su estado de ánimo y dolor físico que la martirizaba hasta el punto de que solo viese como única salida para calmar su sufrimiento arrojarse por una ventana. Algo falla cuando solo interesan números y estadísticas y somos tratados como simples máquinas. Esto se lo debemos a nuestros gobernantes. Trabajamos para vivir, no para morir.
De los suicidios no se habla pero cuando el número de personas que se quitan la vida es superior al que mueren en accidentes de tráfico, algo estamos haciendo mal, muy mal. Y quizá es momento ahora de poner luz sobre el drama colectivo que supone que tantas personas decidan prescindir de su vida.
En España se quitan la vida diez personas cada día. 3.500 al año. Casos detectados, porque tras algunos accidentes de tráfico se esconden también suicidios. De hecho, el suicidio es la primera causa de muerte de mujeres entre 30 y 34 años.
De los suicidios no se habla pero cuando el número de personas que se quitan la vida es superior al que mueren en accidentes de tráfico, algo estamos haciendo mal, muy mal. Y quizá es momento ahora de poner luz sobre el drama colectivo que supone que tantas personas decidan prescindir de su vida.
En España se quitan la vida diez personas cada día. 3.500 al año. Casos detectados, porque tras algunos accidentes de tráfico se esconden también suicidios. De hecho, el suicidio es la primera causa de muerte de mujeres entre 30 y 34 años.
La Organización Mundial de la Salud advierte que los suicidios se están
convirtiendo en un problema grave de salud pública, e insta a los
gobiernos a que adopten medidas preventivas.
Porque, insisto, cuando mueren más personas por actos de suicido que en
accidentes de tráfico es quizá hora ya de visibilizarlos y de empezar a tomar
medidas. No vale una visita a urgencias con un psiquiatra saturado que
recete las mismas pastillas. Hay que fortalecer el sistema de salud pública
mental. Hay que quitar el estigma sobre los suicidios. Hay que educar a los
ciudadanos para aprender a detectar los síntomas en las personas de su
entorno (igual que nos enseñan a saber si un adolescente sufre bulimia o acoso
escolar).
Porque como sociedad, cada suicido es un fracaso terrible.
Nuestro respeto y más sentido pésame a la familia de Marian que deseamos encuentre la paz allá donde se encuentre.
La noticia está sacada del ForoCoches en el que un compañero de Marian relata el suceso.
Desde hace unos dos años y pico largos una compañera de trabajo del hospital en el que trabajo, el CHUAC, arrastraba problemas físicos bastante dolorosos. El que estos problemas no se resolvieran, ni con tratamiento ni con cirugía, acabó desencadenando una depresión bastante seria...
Hoy, a las 10 horas de la mañana, los que estábamos de turno de mañana nos hemos quedado fríos. Se tiró por una ventana dentro del propio hospital, por un patio interno. Desde la 9º planta (Medicina Interna) ha caído sobre el tejado de la 3ª (Hemodinámica). Murió instantáneamente. En uno de los bolsillos se encontró una nota de despedida.
Hasta donde sé Marián llevaba muy poco tiempo de baja, menos de una semana, soportando los mismos dolores de siempre, deprimida. La llamó inspección médica a la consulta, y concluyeron que estaba en "perfectas condiciones" para trabajar. Ayer la obligaron a incorporarse al trabajo. Hoy lo que queda de ella está en una mesa de autopsias.
Espero, sinceramente, que al médico que firmó su alta forzosa, lo empuren bien empurado. Al menos es lo que le deseamos la mayoría de los que la conocíamos.
Hoy, a las 10 horas de la mañana, los que estábamos de turno de mañana nos hemos quedado fríos. Se tiró por una ventana dentro del propio hospital, por un patio interno. Desde la 9º planta (Medicina Interna) ha caído sobre el tejado de la 3ª (Hemodinámica). Murió instantáneamente. En uno de los bolsillos se encontró una nota de despedida.
Hasta donde sé Marián llevaba muy poco tiempo de baja, menos de una semana, soportando los mismos dolores de siempre, deprimida. La llamó inspección médica a la consulta, y concluyeron que estaba en "perfectas condiciones" para trabajar. Ayer la obligaron a incorporarse al trabajo. Hoy lo que queda de ella está en una mesa de autopsias.
Espero, sinceramente, que al médico que firmó su alta forzosa, lo empuren bien empurado. Al menos es lo que le deseamos la mayoría de los que la conocíamos.
También da cuenta de la noticia: Defensa Derechos Laborales