Por Abel Amaya
Ecologistas en Acción de Collado Villalba presentó el pasado lunes, 24 de noviembre, una denuncia en la Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en la que, entre otras cosas, solicita la paralización del proyecto de urbanización del Sector 1.5 Cerca de Montero, más conocido por La Chopera (terreno ofrecido por el Ayuntamiento villalbino a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para la construcción de un hospital comarcal), oferta que este colectivo califica de irregular dado que este Consistorio introduce en el mismo ámbito urbanizable dos parcelas diferentes con distintas calificaciones urbanísticas, ya que en el documento de cesión la zona calificada en el texto como plantación de chopos y muy negativamente afectados, le corresponde la protección supramunicipal de Monte Preservado, tal como recoge el mapa topográfico de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid”.
Sustancias tóxicas y gas metano
Ecologistas en Acción denuncia también la incidencia que puede tener sobre esta zona la proximidad del vertedero de Lobo Cojo (situado a menos de 2.000 metros de la zona donde está previsto ubicar este centro hospitalario), “dadas sus carencias de seguridad al albergar sustancias tóxicas y gases inflamables (entre ellos gas metano) que provocaron en el año 1992 su sellado, transformándose posteriormente en una estación de transferencia controlada por el procesamiento y gestión de residuos tanto orgánicos como inertes procedentes de numerosas localidades de los alrededores. Por todo ello nos vemos en la obligación de denunciar ante esa instancia los graves perjuicios, tanto medioambientales como para la propia salud de las personas, que ha supuesto para las zonas colindantes este almacenamiento de residuos subterráneo que han sido cubiertos por sucesivas capas de tierra que esconden en sus entrañas (hasta ahora no existe la certeza de su desaparición) importantes bolsas de gas metano, lo que ya ha provocado un desgraciado, luctuoso e inesperado accidente al explosionar una de estas bolsas como consecuencia de la manipulación por parte de un operario municipal de uno de los gatos hidráulicos de una grúa”.
Desastre medioambiental
El escrito de denuncia también hace referencia al daño medioambiental ocasionado por la desastrosa gestión de estos residuos depositados en el vertedero de Lobo Cojo, sobre todo en la flora de esta zona protegida, “dado el aluvión de sedimentos nauseabundos en tono cobrizo y demás lodazales tóxicos que provocaron la muerte y secado de cientos de árboles, arbustos y matorrales que corrieron peor suerte como consecuencia de estar bien irrigados por el arroyo del Cañal (o Cantizal, sobre todo éste, teñido de rojo por la gran acumulación y proliferación del lodazal tóxico), o el de la Poveda, además de diferentes regatos superficiales y escorrentías subterráneas, de ahí las ramas podridas y los troncos malheridos de algunos de los chopos del lugar”.
Precisamente esta situación está recogida en distintos documentos como uno de los grandes males que ha sufrido este municipio. Sin ir más lejos, el Plan General de Urbanismo, documento por el que se rigen los destinos medioambientales y urbanísticos de Collado Villalba, en la página 30 del volumen I, hace referencia a ello con gran exactitud al afirmar sobre la Cerca Montero: “Las 30 hectáreas clasificadas para urbanización engloban un área ocupada hasta ahora por una planta de hormigonado (actualmente tanatorio-crematorio-incineradora) y una plantación de chopos muy negativamente afectados por los lixiviados del vertedero de Lobo Cojo”.
También conviene recordar que la normativa española establece que “el plazo de la fase postclausura durante el que la entidad explotadora será responsable del vertedero será fijada por la autoridad competente, teniendo en cuenta el tiempo durante el cual este pueda entrañar un riesgo significativo para la salud de las personas y el medio ambiente. En ningún caso dicho plazo podrá ser inferior a 30 años”.
Negligencias y falsedades
Ecologistas en Acción concluye su exposición solicitando al fiscal de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid la paralización del proyecto de urbanización del sector que actualmente se encuentra en periodo de análisis técnico por mediar el Estudio de Impacto Ambiental, incidiendo en “la irregularidad que comete el Ayuntamiento de Collado Villalba cuando introduce en el mismo ámbito urbanizable las dos parcelas antes descritas con distintas calificaciones urbanísticas. “Sea de modo intencionado o por negligencia, la falsedad en la que incurre la redacción del Plan General de Collado Villalba en este aspecto debe ser subsanada, puesto que conduce a equívocos, por considerar urbanizable una zona que tiene una calificación urbanística que no es tal, sino todo lo contrario, Monte Preservado, y por el posible sobredimensionamiento de la zona urbanizable del sector Cerca Montero (tan sólo el nuevo crematorio, antiguamente hormigonera, y que no abarca ni mucho menos las 30 hectáreas a que se refiere el planeamiento). Sea como fuere, el hecho está ahí, y fue un ardid utilizado por la Alcaldía villalbina para la remisión del informe de idoneidad ambiental a las consejerías de Sanidad y Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, en las discusiones plenarias de 24 de abril de 2008 (según consta en acta), al manifestar verbalmente su presidente la idoneidad del suelo de La Chopera para la construcción de un hospital por ser suelo dotacional, cuando ha quedado meridianamente claro que no es así. Esta indefinición y falta de delimitación del sector, sin duda, ha agravado tamaña falsedad”.
Junto a este escrito de denuncia que El Faro del Guadarrama les ofrece hoy resumido y en exclusiva, Ecologistas en Acción de Collado Villalba adjunta distintos documentos probatorios sobre los temas aquí expuestos.
Fuente: El Faro del Guadarrama